Por Yolanda Menadas | Fotografías de Ana Enguídanos Baena
“Fronteras de este mundo las líneas imperfectas”, entona Macaco. El cantante se une a CEAR para alertar sobre la situación que sufren millones de personas refugiadas. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado defiende y promueve los derechos de las personas refugiadas, apátridas y migrantes vulnerables y trabaja para favorecer su integración social.
Hoy entrevistamos a Ángela Nzambi, escritora ecuatoguineana comprometida con la interculturalidad y el desarrollo. Ella es la responsable del Área de Voluntariado, Incidencia y Participación de CEAR. Reclama que se garantice el pacto de asilo y habla con esperanza de la inclusión, imprescindible en un mundo donde hay 65 millones de personas que son desplazadas forzosamente y con cada una de ellas viaja una historia.
¿Cuáles son los mayores logros de CEAR conseguidos esta temporada?
“Tu silla, su refugio” es la última campaña que hemos realizado y creo que todavía no podemos hablar de logros porque es muy reciente. Pero “Con no más UErfanos” sí se ha conseguido el objetivo, que es llamar la atención de la sociedad civil y de las administraciones públicas. Queremos mostrar lo que estaba y está pasando en el Mediterráneo.
Nos trasladamos al ámbito local, ¿qué se ha conseguido con la campaña “La nostra ciutat, el teu refugi”?
Este proyecto lo financia el Ayuntamiento de Valencia. Lo implementamos CEAR, Cruz Roja y Accem. Tiene cuatro líneas de actividades: la sensibilización y la mediación, la formación, la primera acogida y la gestión de unas ayudas extraordinarias. Se trabajó durante todo el año pasado: pateamos la ciudad, estuvimos con las asociaciones de vecinos, con diferentes colectivos, con la administración pública, también trabajamos con las escuelas… Son proyectos sociales, por tanto, no tienes una medida exacta, son logros que se ven a largo plazo, pero, al fin y al cabo, es un trabajo constante. Son programas que atienden a un objetivo mayor que es conseguir ciudades y países inclusivos. Son proyectos de transformación social. Los logros los notas cuando ocurre un conflicto y las reacciones no son las mismas que las del mismo conflicto hace años.
¿Cómo es esa colaboración con las instituciones?
“La nostra ciutat, el teu refugi” es una muestra de la colaboración con la administración local. Es un ejemplo de una buena práctica de cómo trabaja conjuntamente una administración local con las entidades sociales. Pero siempre es hasta donde ellos pueden porque estamos hablando de asilo y refugio y ellos no tienen competencia. De hecho, el año pasado ya se implementó el proyecto y este año se han vuelto a liberar fondos para que se siga implementando el mismo proyecto. Nosotros estuvimos muy satisfechos. Incluso el Consell también se reúne con los representantes de las entidades para seguir viendo qué es lo que se puede hacer, qué hace falta, cuáles son las necesidades… Por lo menos, la intención está ahí, otra cosa son las competencias y los recursos.
Esta semana ha publicado Levante-EMV que el gobierno central rechaza la Ley Valenciana de cooperación por inmiscuirse en política internacional, ¿qué opina?
Son situaciones que quizás hay que replantearse, también esta situación tiene que ver con ese reparto de los recursos mundiales, por llamarlo de alguna manera. Y la cooperación internacional puede resolver muchísimo esta situación.
De cara al próximo año, ¿cuáles van a ser sus retos?
Nosotros trabajamos con personas, a priori no es muy fácil prever qué es lo que va a pasar de aquí a diciembre, en seis meses pueden pasar muchísimas cosas. De hecho, hace poco murieron 49 personas. Nosotros acabamos trabajando en el día a día. Lógicamente, nuestro objetivo es seguir atendiendo a las personas que ya estamos atendiendo en las mejores condiciones posibles y poder atender a muchas más personas porque hay muchas más personas necesitadas. Y también que el país cumpla con su compromiso de acoger al número de personas a las que se comprometió a acoger. No es una previsión, es algo que queríamos que pasase mañana o pasado mañana, como muy tarde. Lo que sí haremos es continuar buscando incidencia política.
¿En qué tienen que hacer hincapié estas instituciones políticas?
Hace falta voluntad política en todos los aspectos. Algunas de las exigencias que pedimos en nuestras campañas no se han cumplido, es decir, todavía no se han habilitado vías legales y seguras con el fin de dar protecciones a quienes huyen y puedan llegar a países seguros y pedir protección internacional, no se conceden visados humanitarios, no se han suprimido los visados en tránsito para los países que están en conflicto, no se han cumplido los acuerdos de reubicación… Esto es un suma y sigue. CEAR también pide un pacto de estado por el asilo. En la Comunidad Valenciana también hemos estado repitiendo que las personas refugiadas ya están aquí, ¿qué pasa con las que ya están?
En estos momentos, todos los países son países en desarrollo sostenible y el fin último es conseguir cumplir los 17 objetivos. Según el Índice de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, España ocupa el puesto número 30 de un total de 149 países comprometidos con estos objetivos y de los 17 objetivos, nuestro país solo aprueba en igualdad de género, de momento.
Son objetivos que velan por la dignidad y la igualdad de las personas. Las personas se colocan en el centro de todas las políticas, como siempre ha tenido que ser. Desde luego, personalmente, lo aplaudo. Y estamos a la espera de saber cuántos más se cumplirán, quedan 13 años.
¿Cómo se aplican estos objetivos mundiales en nuestro entorno más cercano?
A nivel local debemos seguir implementando proyectos como el de “La nostra ciutat, el teu refugi”. Debemos implicar a toda la ciudadanía y conseguir mayor participación social. Y en algún momento, las personas tienen que dejar de ser siempre receptoras y pasar a participar en los procesos de planificación.
En el proyecto “Tu silla, su refugio” se han involucrado numerosos artistas, deportistas, periodistas… ¿qué papel juega el sector privado y la sociedad civil?
Es fundamental, porque las personas llegan para quedarse y van a tener que formar parte de la sociedad. Y es imprescindible la sensibilización y todo el trabajo de reconocimiento. Hay que hacer que los demás se sientan parte. Te pongo un ejemplo: las personas refugiadas pasan seis meses en los centros de acogida y después se independizan, ¿quién te alquila una casa? Es la gente. De ahí la importancia de la sensibilización y de luchar contra los prejuicios. Hay que insistir en el trabajo de reconocimiento, reconocer a los demás como personas, vengan de África, vengan de Oriente, sean musulmanes… ¿Y qué? Somos una sociedad diversa y todos formamos parte. Además, en una sociedad moderna, esa es su principal característica.
Si ahora cerráramos los ojos y al abrirlos estuviéramos en 2030, ¿qué le gustaría encontrarse?
Me gustaría encontrar una sociedad más inclusiva donde realmente todos formemos parte de todo. Todos estemos en todas partes y todos nos podamos reconocer en todos. Es mucho, pero a nuestra sociedad valenciana todavía nos queda muchísimo. Hacen falta símbolos. Incluso, si es necesario, partir de cierta discriminación positiva, aunque no me gusta mucho ese concepto. Yo llevo muchos años viviendo en la ciudad y me sigue pareciendo un tanto inconcebible que haya espacios públicos donde no podamos reconocernos todos. Por lo menos, que esos espacios que son de todos, que haya referentes de todos.