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Arranca el Mundial de fútbol con los derechos humanos en el aire

Por: Gerard S. Ferrando

El Mundial de fútbol de Qatar arranca el 20 de noviembre y lo hace envuelto en muchas polémicas por la falta de cumplimiento de los derechos humanos básicos por parte del régimen qatarí. Unas críticas que se remontan hasta el mismo momento en que fue adjudicado el torneo al país asiático, pero que han continuado a lo largo de los años y se han reforzado en los últimos meses. Muchas han sido ya las personas y organismos que han planteado su rechazo a este evento, los últimos varios artistas que han rechazado expresamente actuar en la gala inaugural, a pesar de recibir ofertas millonarias para hacerlo. Dua Lipa, por ejemplo ponía en sus redes sociales lo siguiente: «Espero visitar Qatar cuando cumplan todas las promesas sobre derechos humanos que hicieron cuando se ganaron el derecho a organizar la Copa del Mundo».

Ibai en un momento de su stream.
Ibai en un momento de su stream.

Mientras que Rod Stewart rechazó más de un millón de dólares por tocar en Qatar 2022 «por razones morales». En España, el streamer Ibai Llanos recibió una oferta para acompañar a la selección y hacer grabaciones y directos desde allí, pero también se negó rotundamente: “Se niega un Mbappé a ir al Mundial y no sé a ese chaval lo que le pueden llegar a hacer. ¿Sabéis la cantidad de sponsors, de pasta, de blanqueamiento hacia Qatar que hay puesto en el Mundial?”, comentó.

Por otra parte, denuncias de distintos organismos como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) se han ido produciendo por la violación de derechos humanos en el país árabe.

Es más, las leyes del régimen catarí son incompatibles con los propios estatutos de la FIFA, que establecen en el artículo 4 la “lucha contra la discriminación, la igualdad y la neutralidad”. Además de no cumplir con la Declaración Universal de los Derechos Humanos, firmada precisamente por Qatar en 1971.

Condiciones laborales forzosas

Entre estas denuncias reiteradas al régimen qatarí está el trabajo forzoso. Por ejemplo, los trabajadores son privados del derecho fundamental de formar sindicatos o afiliarse a ellos, según el Informe 2021-2022 de AI.

Según datos publicados por The Guardian, al menos 6.500 personas han fallecido en la construcción de los estadios de fútbol y otras infraestructuras para el Mundial. Es más, las autoridades continúan sin investigar estas muertes, a pesar de que muchos de ellos han fallecido de forma repentina, y las atribuyen directamente a “causas naturales” sin realizar una autopsia.

Un país sin libertad de expresión

© John Holmes, for Human Rights Watch
Foto: © John Holmes, for Human Rights Watch

Uno de los derechos más vulnerados en Qatar es el de la libertad de expresión. Su legislación, más bien, trata de silenciar a las voces más críticas con el régimen. Por ejemplo, se ha aprobado una ley en la que, si se considera que una información es “tendenciosa” el castigo puede ser de cinco años de cárcel y una multa de hasta 25.000 dólares.

El código penal qatarí tipifica como delito criticar al emir, insultar la bandera de Qatar, difamar la religión, incluida la blasfemia, e incitar “al derrocamiento del régimen”. La ley de delitos cibernéticos de Qatar de 2014 establece hasta 3 años de prisión y una multa de 500.000 riales qataríes (US$137.000) para quien sea condenado por difundir “noticias falsas” no definidas en Internet o por publicar contenidos en línea que “violen los valores o principios sociales” o “insulten o calumnien a otros”.

Human Rights Watch publicó una “Guía para reporteros” para apoyar a los periodistas que cubran la Copa Mundial de Qatar. La guía de 42 páginas se titula: “Qatar: Copa Mundial de la FIFA 2022 – Guía de derechos humanos para reporteros”,

“La Copa del Mundo atrae una inmensa atención de los medios de comunicación internacionales y de los aficionados, pero hay un lado oscuro del torneo que está eclipsando el fútbol”, dijo Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch. “El legado de la Copa Mundial de 2022 dependerá de si Qatar remedia con la FIFA las muertes y otros abusos que sufrieron los trabajadores migrantes que construyeron el torneo, aplica las recientes reformas laborales y protege los derechos humanos para todos en Qatar, no solo para los aficionados y futbolistas visitantes”.

Mujeres y colectivo LGTBI, muy vulnerables

Las leyes cataríes continúan castigando a las mujeres y al colectivo LGTB. Las mujeres padecen todavía un sistema de tutela masculina; les dificultan el divorcio, cuando se lo conceden casi nunca logran la custodia de los hijos y las mujeres de menos de 25 años no pueden viajar fuera del país, sin un permiso de sus turores, ni tampoco firmar un contrato laboral.

Por otra parte, el código penal de Qatar penaliza todas las formas de sexo fuera del matrimonio, con penas de hasta siete años de prisión.

Por lo que respecta al colectivo LGTBI, en el Código Penal se sigue tipificando las relaciones homosexuales como un delito condenable con hasta siete años de prisión, a pesar de que en la Carta de las Naciones Unidas se especifica que hay que derogar estas leyes.

El código penal de Qatar castiga las relaciones sexuales consentidas entre hombres mayores de 16 años con hasta 7 años de prisión (artículo 285). También establece penas de entre uno y tres años (artículo 296) para cualquier varón que “instigue” o “incite” a otro varón a “cometer un acto de sodomía o inmoralidad”. Se impone una pena de hasta 10 años (artículo 288) a quien mantenga relaciones sexuales consentidas, lo que podría aplicarse a las relaciones consentidas entre mujeres, hombres o parejas heterosexuales del mismo sexo.

Reacciones y peticiones internacionales

Además de las entidades defensoras de derechos humanos, otros organismos, incluso las propias federaciones de fútbol han reaccionado ante estos abusos y carencia de derechos. De este modo, las federaciones de fútbol de Alemania, Bélgica, Dinamarca, Inglaterra, Holanda, Noruega, Portugal, Suecia, Suiza y Gales han pedido a la FIFA a través de una carta que se respeten los derechos humanos y han afirmado que “seguirán apoyando un fondo de compensación para los trabajadores inmigrantes”.

Eso sí, ninguna selección se ha negado a acudir a esta cita. La protesta tal vez más firma ha sido la de Dinamarca que ha diseñado un uniforme en el que, como forma de protesta, las marcas y el escudo tienen el mismo tono rojo del resto de la camiseta, lo que provoca que casi no se vean.

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