Por Yolanda Menadas | Fotografías de Ana Enguídanos Baena
“Las mujeres no siempre llevan tacones” es uno de los eslóganes que podemos leer en la sede de la organización de Movimiento por la Paz el Desarme y la Libertad, aunque es más conocida como Movimiento por la Paz o, simplemente, MPDL. La frase la escribió un niño tras una campaña de sensibilización de esta organización con más de 30 años de recorrido. Celebraron el pasado 25 de julio el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, en el marco del Decenio Internacional para los Afrodescendientes. Isabelle Mamadou, responsable de la delegación de la Comunidad Valenciana, nos explica que ellas sufren discriminación múltiple: por un lado, por ser mujer, por otro, por su herencia étnica.
Isabelle es además la primera española seleccionada para el programa de becas para afrodescendientes de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Su misión es contribuir a la protección y promoción de los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los afrodescendientes en nuestro país.
¿Cuáles son los mayores logros de Movimiento por la Paz – MPDL conseguidos esta temporada?
Tenemos miles de personas beneficiarias de cuestiones jurídicas, sociolaborales y humanitarias en toda España, pero además de eso, en los últimos meses estamos reforzando las actuaciones con personas refugiadas. Fuera de España, trabajamos también con personas refugiadas con algún problema de discapacidad. Y ahora en España, actualmente, estamos montando los dispositivos de acogida y atención para personas solicitantes de asilo. Estamos viendo los pisos, por ejemplo. Ésa sería una parte importante de nuestros proyectos. Por otro lado, desde que empecé con el Programa Afrodescendientes de las Naciones Unidas sí que estamos desarrollando actividades específicas para dar visibilidad a las personas afrodescendientes en España y también para aumentar su participación en la vida pública y política. Actualmente, somos la única ONG española que colabora con las Naciones Unidas en esta temática y también la única que este año ha asistido a las consultas que se realizan en Ginebra cada año. Se celebran con gobiernos, sociedad civil y grupos de expertos para incluir a las personas afrodescendientes como un grupo especialmente vulnerable en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Qué tipo de actividades realizáis dentro del Programa Afrodescendientes?
De momento, lo que hemos hecho es sumar todas las organizaciones, hemos contactado con 50 en España y con el apoyo de estas organizaciones, realizamos informes que entregamos al Alto Comisionado de los Derechos Humanos para que conozca la situación en España. Luego, por otro lado, hay una parte del programa que es capacitar a estas organizaciones, que tienen objetivos comunes, para reforzar su trabajo también en el tema de la afrodescendencia. Y el mes pasado, celebramos en Valencia el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente por primera vez. Fue una actividad muy bien acogida porque vinieron casi 200 personas y nos permitió que hubiera mucha participación, se generó un debate muy constructivo y es a través de este tipo de actividades o celebraciones que luchamos contra la discriminación racial.
¿Qué significa que un acto como éste tenga tanto éxito?
Es muy importante porque es uno de los objetivos, no solo de la Agenda 2030, sino también del Decenio Internacional de las personas afrodescendientes. El Decenio Internacional es un periodo de diez años, que va de 2015 a 2024, en el que todos los estados miembros de las Naciones Unidas, los 193 estados, tienen que aplicar medidas para combatir la discriminación racial. Entonces, dentro de esas medidas hay tres ejes: el de Reconocimiento, el de Justicia y el de Desarrollo. Y en cada uno de los ejes hay que hacer una serie de actividades. Y esta actividad entra dentro del eje de reconocimiento, es decir, conocer la herencia cultural de las personas afrodescendientes para terminar con los prejuicios raciales.
¿En qué objetivos va a seguir insistiendo Movimiento por la Paz – MPDL de cara al año que viene?
Nosotros, como entidad, ya somos referentes en tema de derechos humanos, en construcción de paz y también creamos iniciativas e incidencias políticas en todos los países donde trabajamos. Yo creo que de cara al próximo año lo que haremos es reforzar el trabajo en capacitar a otras organizaciones con objetivos comunes, es decir, acompañarlas y apoyarlas en tema de incidencia política y participación, que es uno de los ejes de la Agenda 2030, el enfoque de alianza que marca la agenda.
En estos momentos, todos los países son países en desarrollo sostenible y el fin último es conseguir cumplir los 17 objetivos. Según el Índice de los ODS, España ocupa el puesto número 30 de un total de 149 países comprometidos con estos objetivos y de los 17 objetivos, nuestro país solo aprueba en igualdad de género, de momento. Según su opinión, ¿qué medidas se han tomado para conseguirlo?
Es cierto que en los últimos años se han aprobado planes de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, pero España tiene mucho que mejorar en cuestiones de igualdad de género porque la violencia machista sigue siendo un problema grave en la sociedad. Además, ser mujer es sinónimo de cobrar menos. Y nosotros, que trabajamos también con personas de diferentes grupos étnicos, la situación de las mujeres afrodescendientes y las mujeres de otros colectivos étnicos tienen una situación realmente crítica porque sufren distintas formas de discriminación, la que llamamos discriminación múltiple: de género y también por herencia étnica.
La Comunidad Valenciana es pionera en la implementación de los ODS. Incluso, el Acuerdo del Botánico que fijó un presidente de la Generalitat está redactado basándose en la nueva Agenda de Desarrollo Sostenible y este año se han incorporado 201 medidas más. ¿Cómo se aplican estos objetivos mundiales en nuestro entorno más cercano?
Bueno, yo creo que para aplicar los ODS en cualquier entorno, a nivel local o internacional, hacen falta tres elementos principales: el primero es la voluntad política, tanto del gobierno como de las administraciones locales; después, tiene que haber unos recursos asignados y, por último, la participación de la sociedad civil. Y ésta debe estar en todas las etapas, tanto en el diseño, como en la implementación como en la evaluación. Y yo creo que la Comunidad Valenciana sí que está construyendo estrategias para hacer coexistir esos tres factores fundamentales.
Han aumentado presupuestos, la sociedad civil está participando…
Sí, de hecho, nosotros y muchas otras ONG hemos participado en la Ley Valenciana de Cooperación, se nos ha pedido aportaciones. Los agentes de la sociedad civil sí están participando.
¿Qué papel juega el sector privado y la sociedad civil?
La sociedad civil juega un papel fundamental y protagonista. La sociedad civil es la que influye en las políticas, en las leyes, también es la que ejerce presión para que se eleven los niveles de transparencia y para que se rindan cuentas. Además, en nuestro caso, que trabajamos con organismos internacionales, la sociedad civil es la que notifica las violaciones de derechos humanos. También es la que ayuda a movilizar a la sociedad. Por su parte, creo que las alianzas con las empresas privadas permiten obtener fondos para realizar campañas y proyectos. Y también disponer de voluntariado en algunos casos.
¿En qué tipo de medidas los gobiernos deberían hacer hincapié de cara a la Agenda 2030?
Creo que a nivel nacional, quedan muchas cuestiones por resolver en temas de la no discriminación. En España, por ejemplo, habría que darle más visibilidad a la diversidad cultural. Yo lo veo con respecto al Objetivo 16, que es sobre el que yo suelo trabajar, que es el que promueve las sociedades pacíficas, inclusivas y ofrece acceso a la justicia para todos. Con respecto a ese objetivo, yo creo que se deberían mejorar la gestión de las políticas migratorias, nosotros trabajamos con mucha población inmigrante. Y, por supuesto, dejar de criminalizar y de privar de libertad a las personas inmigrantes por el hecho de no tener la situación regularizada.
¿Y a nivel internacional?
Yo creo que en todo. Es urgente apoyar las iniciativas de educación, que como marca la agenda es el primer objetivo, pero, además de eso, en general, no se está cumpliendo la Agenda 2030 como se debería. Entonces, hay muchos objetivos que están cerca del aprobado y muchos en los que se debe seguir avanzando. Especialmente, el del tema de la pobreza, el hambre y las desigualdades económicas.
Si ahora cerráramos los ojos y al abrirlos estuviéramos en 2030, ¿qué le gustaría encontrarse?
Me gustaría encontrarme una sociedad en la que las personas no estuvieran divididas por religión, raza, grupo étnico o sexo, por ejemplo. De hecho, creo que en 2030 la situación de los Derechos Humanos habrá mejorado mucho, pero la Agenda 2030 plantea un reto muy grande. Son 17 Objetivos con sus 169 metas que deben ser alcanzadas por 193 países de las Naciones Unidas. Honestamente, creo que en 2030 quedará mucho por hacer todavía.