Por: Gerard S. Ferrando
La depresión es una de las grandes patologías silenciadas de nuestra sociedad. Un mal que, en demasiadas ocasiones, se vive en soledad, una enfermedad todavía muy incomprendida y que en plena era Covid, con la pandemia en España rozando los dos años de existencia, suma más personas que la sufren a cada día que pasa. En este 13 de enero en que se conmemora el Día Mundial de la lucha contra la Depresión, hemos entrevistado a una persona que la trata casi a diario como es el psicólogo Salvador Moragón, coordinador del Sapec, el Servicio de Atención de Emergencia creado por la ONG valenciana Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras (PSF).
Salvador, explícanos qué es Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras y en qué consiste este servicio de Atención de Emergencia.
Somos una organización no lucrativa de acción humanitaria que reunimos a los profesionales de la salud, la psicología o trabajadores sociales con la intención de atender a personas que necesitan una atención psicológica y se encuentran en situación de vulnerabilidad.
«La depresión es el trastorno del estado de ánimo que está ahora más en auge»
Uno de nuestros valores es la humanidad, el trabajo en red y el enfoque comunitario y de género así como el apoyo a las capacidades locales. Tenemos diferentes programas que tratan de acercar la psicología a la gente, trabajamos con migrantes, hacemos campañas de sensibilización y en esta línea está el servicio de atención psicológica por la emergencia del coronovarius. Veíamos que esto podía repercutir en la salud mental y también a la depresión que es el trastorno del estado de ánimo que está ahora más en auge. Empezamos vía telefónica con este servicio porque estábamos en una fase de confinamientos y no se podía salir de casa y era una forma de acceder rápidamente a ellos y de manera gratuita y accesible.
Es interesante decir que durante los primeros 16 meses realizamos 4.300 atenciones con un grupo de voluntarios y técnicos de la asociación y sí que pudimos ver que el 70% de las llamadas eran por síntomas afectivos, como la depresión o la ansiedad, otros a estrés, acompañamiento emocional, personas aisladas, problemáticas familiares, orientación a personas con trastornos psicológicos previos y también acompañamiento en duelo.
¿Cómo ha evolucionado esta atención psicológica telefónica tras tantos meses de pandemia?
El servicio se mantiene, el covid sigue, aunque la emergencia por la que surgió ya no es la misma. Seguimos recibiendo llamadas con temáticas similares. Esto nos quiere decir que al principio de la pandemia si que encontramos que los servicios de atención de salud del sistema público estaban colapsados ellos mismos daban nuestro teléfono para que las personas pudieran contactar con nosotros porque ellos mismos no podían dar esa atención psicológica.
«El año de la pandemia murieron 3.940 personas en España por suicidio, que hace que sea un suicido cada 2 horas o 11 al día»
Sigue sin haber esos servicios de atención psicológica en los servicios de salud. Algo que también es importante es el tema de los suicidios. Ya que el año de la pandemia murieron 3.940 personas en España por suicidio, que hace que sea un suicido cada 2 horas o 11 al día y que se convierte en la primera causa de muerte no natural. Por parte de los profesionales de la salud vemos que aumentaron esos trastornos mentales un 25% como la depresión, la ansiedad, el insomnio, mayor consumo de tóxicos y que acorde a lo que me preguntas, la respuesta que le damos es que somos de los países que más antidepresivos consume pero eso no hace que mejor el diagnóstico. Nosotros salimos a 6 psicólogos por cada 1.000 personas, es el ratio de la salud mental en España por eso hay entre 1 y 3 meses de espera para una primera sesión.
Muchas veces a propia persona tarda en darse cuenta, o en aceptarlo, te quería preguntar ¿cómo la gente de su entorno puede ayudarle, qué primeros síntomas puede detectar?
Sí que me gustaría diferenciar qué es sentirse triste, de la depresión. La tristeza en sí es una emoción y va de forma innata con nosotros, hay que vivirla, expresarla y sentirla y no conlleva nada patológico. Por ejemplo si una persona cercana fallece, lo normal es que uno sienta tristeza, eso nos indica algo, y la vamos a llevar y eso no tiene nada patológico. Pero dependiendo de las circunstancias, contexto, nuestra historia de aprendizaje y de vida sí que podemos desarrollar un trastorno de estado de ánimo.
«La tristeza en sí es una emoción y va de forma innata con nosotros, hay que vivirla, expresarla y sentirla y no conlleva nada patológico»
Características que podemos identificar puede ser una tristeza que se mantiene de forma constante, diariamente, con una intensidad alta. Una persona puede incluso estar verbalizando que no puedo soportar este sentimiento, o que me siento muy mal todo el tiempo quiero dormir y no despertar pero a veces ese estado de ánimo no va acompañado de tristeza sino de una desconexión emocional que la persona no puede expresar lo que siente, puede decir por ejemplo ojalá pudiera llorar o siento un vacío enorme. Son esas verbalizaciones que se pueden presentar. También por la parte de pensamientos, lo que llamamos distorsiones cognitivas o ideas un poco obsesivas como no hay nada que yo pueda hacer, nadie me quiere o siempre que hago algo me equivoco. También en un plano más físico podemos presentar alteraciones del sueño, por exceso o por defecto, un cansancio constante, alteración del apetito o de la sexualidad.
«La persona que empieza a descuidar la higiene básica puede conllevar las características de estas personas que pueden tener síntomas compatibles con la depresión»
También a nivel conductual, la aledonia significa la disminución de la capacidad de disfrutar de cosas que nos daban placer. Por ejemplo antes tal vez quedaba con los amigos y eso me reconfortaba, pero ahora no me apetece, no tengo ganas de hacer nada. Lo que antes disfrutaba ahora me cuesta mucho, eso se puede observar también en la higiene personal, la persona que empieza a descuidar la higiene básica puede conllevar las características de estas personas que pueden tener síntomas compatibles con la depresión.
Volviendo a la covid, cómo cree que ha afectado a estos problemas psicológicos, ahora que llevamos ya casi dos años de pandemia, al inicio se trataba de llevar, incluso se hacían bromas al respecto, pero esto sigue ahí y puede afectar a mucha gente, sobre todo los de trabajos más en crisis…
Es una condición que ha afectado a todos, a unos más y a unos menos, pero es verdad que a los colectivos más vulnerables les va a afectar más de cerca. Por ejemplo, un caso muy concreto sería el tema del trabajo, si una persona está pasando por una situación difícil, pero no tiene unos recursos económicos estables no puede acceder a un psicólogo y ahí surgimos nosotros para llegar a esas personas que se encuentran descolgadas del sistema o no encuentran recursos que en base a nuestro proyecto lo que intentamos es hacer una atención psicosocial donde aparte de tener un espacio de expresión y atención, se pueda acompañar a esa persona a un recurso más especializado en base a su problemática.
«Una de nuestras demandas es que la psicología tenga más presencia en la atención primaria de la sanidad pública»
Anes has dicho que en España había 6 psicólogos por cada 1.000 habitantes. ¿Cómo es la atención psicológica pública y qué pedís desde organizaciones como Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras para que mejore?
Sí que se lleva ya un tiempo haciendo por parte de la psicología, de los psicólogos, una intervención en base a un trastorno de salud mental si la primera respuesta es farmacológica vemos que no hay resultado que acompañen. Sí que hay estudios que demuestran que la terapia cognitivo-conductual por poner un ejemplo sumado al acompañamiento psiquiátrico o farmacológico da mejores resultados, por lo tanto, nuestra demanda desde hace tiempo, es intentar que tengamos más presencia por ejemplo en atención primaria. Eso aceleraría los diagnóstico, la evaluación y la intervención.
También nos has hablado del suicidio, los propios periodistas no solemos hablar de ello, pero cuando hay muertes relevantes como la de Verónica Forqué se vuelve a poner de la mesa. Un tema que afecta a toda la población y también a los jóvenes…
Correcto, no hablar de algo no significa que no esté presente y visibilizar los problemas es importante. Que una persona pueda decir, estoy mal, necesito ayuda y verlo como algo que en algún momento podemos necesitar es bueno. El suicidio no son números, son personas, cuando ocurre un caso famoso tiene una repercusión mayor. Y hay que recordar que también hay suicidios entre gente joven, aunque siempre se ha tendido más a pensar que era algo más propio de personas más adultas, pero lo vemos en los jóvenes y no podemos obviarlo.
«Contamos con el programa respira y calma, consiste en una videollamada grupal donde las personas pueden aprender técnicas de gestión de estrés y crear también redes de apoyo»
Quería volver de nuevo a la atención que lleváis a cabo por teléfono, que se puede consultar en vuestra página web. ¿A qué perfil de personas va sobre todo esta atención?
Es un servicio que va dirigido a personas en situación de vulnerabilidad, también a la Comunidad Valenciana. Nos han llegado llamadas de todas partes de España, pero en otros lugares no podemos hacer una intervención tan óptima. Les atendemos aún así en primera instancia, pero luego se les intenta reconducir a sus recursos más cercanos. Al inicio se diferenciaron dos líneas, uno para personas en general y otro para profesionales de la salud, pero ahora se atiende a cualquier persona en situación de vulnerabilidad y de la Comunidad Valenciana y Valencia ciudad, sobre todo. Estamos en el barrio de Fuensanta y puede ser la atención telefónica, por videollamada e incluso presencial.
También quiero recoger que surgió también el programa “respira y calma” que sigue vigente porque se sigue demandando. Es una videollamada grupal donde las personas pueden acceder y aprender técnicas de gestión de estrés, algo que estaba muy vigente al inicio del covid. También sirve para unir personas y crear redes de apoyo porque es un factor protector para la salud de cualquier persona.