Por: María Palau
“No queremos campo, queremos libertad”, gritaban centenares de personas tras verse obligadas a huir de las llamas del campo de refugiados de Moria (Grecia) y en protesta contra las voces que anunciaban la reconstrucción del antiguo campo o, en su defecto, la construcción de uno nuevo en la isla griega de Lesbos. “¡Libertad!”. Una protesta que reflejaba la fotógrafa Anna Surinyach en su Twitter.
La madrugada del 8 al 9 de septiembre el campo de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, ardió por completo. Las 13.000 personas que escaparon del fuego se asentaron en las carreteras colindantes, la colina o incluso en el parking de un supermercado, donde pasarían las siguientes noches al raso, hambrientas y atemorizadas ante su futuro. En cuestión de horas, aquel mar de tela y plástico blanco que fue Moria, quedó reducido a cenizas.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras llevaban años advirtiendo del peligro: “No se puede mantener a personas prisioneras en condiciones inhumanas con acceso básico a agua, electricidad, servicios, obligándolas a hacer cola durante horas para conseguir comida y aseo”. “Ha explotado la bomba de relojería”, sentenciaron cuando el infierno se prendió fuego.
Pero la amenaza de las llamas no era nueva para los refugiados de Moria. El pasado año 2019, también en el mes de septiembre, un incendio desató el pánico en el campo. Una mujer y un niño murieron y 21 personas fueron atendidas en la clínica de MSF a causa de las heridas provocadas por el fuego y los enfrentamientos con la policía griega.
El incendio del pasado miércoles se inició una semana después de confirmarse el primer caso de coronavirus en el campo de refugiados. El gobierno heleno decretó una estricta cuarentena que pretendía que las 13.000 personas que viven hacinadas en un espacio inicialmente pensado para 3.000 respetaran la distancia de seguridad. Las medidas fueron ineficaces y, el día anterior al incendio, se detectaron 35 casos positivos de Covid-19.
La respuesta humanitaria de Médicos Sin Fronteras
“Las autoridades deben reconocer el fracaso de sus políticas de contención y deben centrarse en brindar una respuesta humanitaria de urgencia para cada una de las personas afectadas y desplazadas por los incendios”, advierten en Médicos Sin Fronteras desde Lesbos. Para ellos, continuar con la atención es vital en estos momentos y, a pesar de las trabas y las limitaciones derivadas de la quema de material, continúan ofreciendo asistencia médica-humanitaria.
El centro médico covid-19 de MSF quedó calcinado y el caos del incendio obligó a interrumpir momentáneamente los servicios médicos. Ya a finales de julio, la organización tuvo que cerrar el centro de aislamiento debido a diversas multas por motivos urbanísticos impuestas por las autoridades de Lesbos.
Desde Médicos Sin Fronteras llevaban semanas exigiendo “un plan de respuesta de covid-19 adecuado para Moria donde las personas y su dignidad fueran lo primero”. Además, junto con otras organizaciones, pidieron a las autoridades griegas y de la UE que evacuaran a las personas más expuestas al virus y descongestionaran el campo (19.000 personas sobrevivían en él al inicio de la pandemia). Cientos de refugiados fueron trasladados, pero MSF denuncia que 200 personas pertenecientes a los grupos de riesgo continuaban en Moria cuando se produjo el incendio.
Movimiento por la Paz y el respeto a los Derechos Humanos
Por su parte, Movimiento por la Paz-MPDL culpa a la UE y al gobierno griego de su desatención hacia las personas refugiadas “antes y después” del incendio. Reclaman que las autoridades inicien la búsqueda de una solución conjunta para la emergencia humanitaria de Lesbos, establezcan una política común de asilo e incrementen los fondos para ayuda humanitaria y ayuda al desarrollo. “No pueden seguir mirando para otro lado”.
La organización demanda el “cumplimiento inexcusable de las leyes y los acuerdos internaciones y el respeto absoluto a los Derechos Humanos”, así como el traslado de los refugiados a los distintos países miembros de la UE, garantizando unas condiciones de dignidad plenas.
Trabajo en el terreno de Médicos del Mundo
“Sin medidas de acogida y asilo coherentes, esas tragedias seguirán ocurriendo”, denuncian desde Médicos del Mundo. Saben de lo que hablan, pues un equipo compuesto por 22 miembros del personal médico y del proyecto y una unidad médica móvil están trabajando para identificar a las posibles víctimas y evaluar las necesidades de los miles de personas desplazadas por el incendio.
El sábado llegó a la isla de Lesbos un cargamento de material médico de emergencia (tiendas de campaña, sacos de dormir, equipos de protección, kits de higiene y material informativo) y medicamentos y consumibles médicos (jeringas, gasas y antisépticos). También enviaron una segunda unidad móvil para distribuir kits de protección contra el virus a las afueras del llamado nuevo campo provisional de Kara Tepe, donde la gente observa con resignación desde la carretera como se aproxima un nuevo encierro.
Alianza por la Solidaridad se suma a 30 ONG para reclamar medidas urgentes
Un total de 31 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas Action Aid Hellas, socia de Alianza por la Solidaridad-ActionAid que opera en Grecia desde 1998, han pedido que se tomen “medidas urgentes para la reubicación y la atención de los refugiados del campo incendiado de Moria”.
Las ONG que firman el comunicado alertan del elevado número de menores de edad, entre los que se encuentran cientos de niños y niñas no acompañados por familiares; además de mujeres embarazadas, personas con discapacidad, con afecciones médicas y de salud mental, ancianos y personas con bebés a su cargo. Sin olvidar la necesidad de contar con un establecimiento habilitado para las 35 personas que dieron positivo en Covid-19 poco antes del inicio del incendio.
Ante el colapso del sistema de vivienda para personas refugiadas y solicitantes de asilo, Alianza por la Solidaridad pide a las autoridades griegas que elaboren “un plan coherente que maximice todos los recursos disponibles” y apela a los líderes europeos a “compartir la responsabilidad” de la recepción de personas solicitantes de asilo “ahora más que nunca”.
La petición de CEAR al gobierno español
La Comisión Europea de Ayuda al Refugiado ha iniciado una campaña de recogida de firmas para reclamar al gobierno español una reubicación urgente de las personas afectadas por el incendio de Moria. Se dirigen a Pedro Sánchez para que reconozca su compromiso de protección de los refugiados y no dé la espalda a sus responsabilidades en materia de asilo y derechos humanos.
“Para los habitantes de Moria, este lugar se había convertido en un infierno. Tras su destrucción, sus vidas no pueden quedar suspendidas de nuevo durante años en una isla convertida en cárcel”, lamenta la entidad.
Afirman que es necesario que España impulse el principio de solidaridad entre los países de la UE con la aprobación de un Nuevo Pacto Europeo de Migración y Asilo que contenga acuerdos obligatorios para garantizar los derechos de las personas migrantes y refugiadas.
Desde CEAR recuerdan la acogida española de 1.233 personas rescatadas entre 2018 y 2019 en el Mediterráneo. Sin embargo, añaden que, aunque en 2015 los estados miembros de la UE se comprometieron a reubicar a más de 100.000 personas desde Grecia e Italia, España incumplió su responsabilidad de acoger a 9.323 personas, dando refugio tan solo a 1.359.
Oxfam Intermón exigen investigar a la Unión Europea
Oxfam Intermón y el Consejo Griego para los Refugiados han solicitado iniciar una investigación para determinar el papel de la UE en la protección de las personas refugiadas, y, por tanto, sus implicaciones en la crisis humanitaria que acontece desde hace años en la isla de Lesbos.
“La tragedia humanitaria que ha conducido a este devastador incendio es la consecuencia de años de una respuesta equivocada de la UE y sus estados miembros a la llegada de personas que huyen del conflicto y la persecución”, denuncian.
València se concentra por la reubicación urgente
El domingo 13, València se unió a las protestas contra las continuas deshumanizaciones repetidas en Lesbos durante los últimos años, que han visto incrementada su atención mediática tras los incendios de la pasada semana. Bajo el lema “Moria arde, ¡reubicación urgente!”, colectivos como CIEs No, Obrim Fronteres, Crida Contra el Racisme y Caravana Abriendo Fronteras acusaron a los gobiernos europeos de “convertir las islas griegas en prisiones de facto” y advirtieron que en España “se sigue restringiendo la libertad de movimiento a los solicitantes de asilo en Ceuta y Melilla”.
El Ayuntamiento de la ciudad se sumó a Barcelona y otras ciudades europeas para reclamar a los gobiernos un “mayor compromiso de solidaridad” con los refugiados en una carta dirigida a la Comisión, al Consejo y al Parlamento Europeo. Manifestaron también su disposición para ofrecer acogida a “niños que necesiten desesperadamente refugio y protección”.