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MICRO | Estefanía Navarrete. Directora operativa del grupo GAMA de la Policía Local de València

En este MICRO conversamos con Estefanía Navarrete, comisaria, responsable de la segunda unidad de distrito y directora operativa del grupo GAMA (Grupo de Atención a los Malos Tratos) de la Policía Local de València. El grupo GAMA actúa en la protección de víctimas de violencia machista: ofrece orientación y seguimiento personalizado, controla el cumplimiento de las órdenes de alejamiento, y, sobre todo, acompaña a la víctima durante el proceso proporcionándoles el apoyo necesario para que “ella salga finalmente”.

Por: Gerard Sánchez / María Palau | Fotografías: Alberto Pla

“Desde 2004, en el Grupo Gama hemos protegido a más de 10.000 mujeres en la ciudad de València”

Estefanía Navarrete Grupo GAMMA Policía Local de València. MICRO. Fotografía Alberto Pla

Actualmente, en la ciudad de València se contabilizan 1.200 mujeres bajo protección policial. La protección de 600 mujeres víctimas de violencia machista está en manos del grupo GAMA. Pero, estas cifras son tan solo “la punta del iceberg”. Otras muchas mujeres, con rostros, voces, historias y problemáticas dispares y análogas al mismo tiempo, gritan en silencio mientras esperan poder alejarse de sus maltratadores. “Las mujeres víctimas de violencia de género tardan una media de 8 años en denunciar la violencia en sus domicilios”, alerta Navarrete. Las cifras asustan: “Un porcentaje de un 20-30% de mujeres se atreven a dar el paso; pero hay un 70-80% que viven en sus domicilios con su agresor”.

«Las mujeres víctimas de violencia de género tardan una media de 8 años en denunciar la violencia en sus domicilios».

Por ello, desde el grupo GAMA deciden formarse para luchar de “forma especializada” contra esta pandemia que lleva años amenazándonos. Esta unidad de la Policía Local de Valencia se conforma en 2003 —un año antes de aprobarse la ley de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género– a partir de la iniciativa de algunas mujeres policías que comprendieron la importancia de ofrecer a las víctimas de violencia de género un “tratamiento especializado”. Su directora cuenta cómo identificaron la necesidad de “darles un trato más directo, más cercano, más familiar; que no tuvieran que estar con todos los demás servicios policiales”.

Desde entonces ha recibido diferentes distinciones, premios y reconocimientos, como el concedido en 2008 por La Generalitat Valenciana, el premio Isabel Ferrer que se concede con motivo del Día de la Mujer Trabajadora, por ser la primera patrulla especializada en atender a mujeres víctimas de violencia de género. Pero, sin lugar a dudas, el mayor premio es ser conscientes de que cada día, cada hora, cada minuto, ayudan a combatir una de las mayores lacras de la sociedad como es la violencia machista.

El trabajo del grupo GAMA

El objetivo del grupo GAMA es siempre el mismo: “Esta persona necesita salir, y necesita salir de una forma estructurada”. Este matiz es fundamental a la hora de abordar la violencia de género, pues, como explica Estefanía Navarrete, “para salir no solamente necesita que el agresor no vuelva a agredirla, sino que también necesita apoyo económico, una estructura familiar, apoyo psicosocial o una protección social más directa. No podemos darla esa protección policial estrictamente”.

Las necesidades de cada mujer constituyen un caso particular diferente del anterior. Por ello, la policía construye un perfil criminológico de la víctima para poder trabajar de manera específica con cada una. La directora cuenta en su equipo con “una psicóloga y un trabajador social que valoran la situación general de esa mujer y la tratamos de forma individual”.

“Hacemos llamadas, visitas de seguimiento, de acompañamiento, gestión de recursos, etc. Si tienen un trabajo precario intentamos encauzarlas hacia una formación profesional”, explica Navarrete al hablar del funcionamiento del grupo.

Incremento de la violencia machista durante la pandemia

El estado de alarma paralizó durante un tiempo nuestras vidas; sin embargo, la violencia machista no cesó. Por desgracia, incluso incrementó durante los meses de confinamiento. Cuando comenzó la desescalada, el Ministerio de Igualdad, publicó los datos referentes a las llamadas al 016 y entonces saltaron todas las alarmas. Entre el 14 de marzo y el 31 de mayo, el 016 atendió 20.732 llamadas, un 41,1% más que las 14.662 recibidas durante el mismo periodo del año anterior.

Estefanía Navarrete Grupo GAMMA Policía Local de València. MICRO. Fotografía Alberto Pla

Aunque Navarrete puntualiza que la cuarentena tuvo su parte positiva al impedir que los agresores incumplieran sus órdenes de alejamiento, reconoce que “la situación del estado de alarma en el tema de la violencia de género ha afectado muchísimo a las víctimas”. Señala un “caso dramático” que se repitió en diversas ocasiones: mujeres, con dos o tres hijos a su cargo, que perdieron sus trabajos precarios y, como consecuencia, sus ingresos desaparecieron por completo.

«La situación del estado de alarma en el tema de la violencia de género ha afectado muchísimo a las víctimas… pensábamos que cuando acabara la cuarentena iba a pegar un repunte en las denuncias y es lo que pasó».

“El tema de seguridad está aflorando ahora”, explica la directo del grupo GAMA. El confinamiento obligó a las víctimas de violencia machista a encerrarse con sus maltratadores en un mismo espacio durante veinticuatro horas. Desde la Policía Local de València, eran conscientes de que “cuando acabara la cuarentena iba a pegar un repunte en las denuncias y es lo que pasó”.

La violencia de género es el segundo delito más habitual cometido en la ciudad de València, después de los delitos contra la seguridad del tráfico. “Eso nos da el perfil estructural de la violencia de género y la necesidad de destinar medios policiales y sociales para acabar con esto”, reivindica Navarrete. De hecho, desde el inicio de la pandemia, las denuncias por violencia machista han pasado de ocupar un 30% de las denuncias de la ciudad, a suponer un 40% del total.

Mucho trabajo por delante

Para Estefanía Navarrete, la policía es “un fiel reflejo de la sociedad a la que servimos”. Y ese reflejo evidencia el machismo imperante. “También lo somos ahí: en la deficitaria figura de la mujer en situaciones de poder o de autoridad. En ello, quizás, es más agravado porque la policía se ha vinculado al tema del ejercicio de la autoridad. Ejercicio de la autoridad y mujer durante muchos años han ido muy separados”.

La directora del grupo GAMA es optimista respecto al futuro y cree que estamos avanzando, aunque se lamenta al hablar de el famoso techo de cristal que impide a las mujeres acceder a puesto de mayor responsabilidad y reconocimiento. Es crítica: “Yo veo a muchas mujeres super válidas que lo harían muy bien, pero aún seguimos viviendo en una sociedad en la que la ética del cuidado está en manos de las mujeres”.

Estefanía Navarrete Grupo GAMMA Policía Local de València. MICRO. Fotografía Alberto Pla
Estefanía Navarrete Grupo GAMMA Policía Local de València. MICRO. Fotografía Alberto Pla

“Yo veo a muchas mujeres super válidas que lo harían muy bien, pero aún seguimos viviendo en una sociedad en la que la ética del cuidado está en manos de las mujeres”.

El fallo en la lucha contra la violencia machista está en una falta de especialización de la policía, pero también de la sociedad en su conjunto. Según la comisaria, se necesita una mayor prevención escolar y sensibilización en el tejido social.  La educación es necesaria para consolidar una “visión de delito público” que nos permita combatir la violencia de género de manera conjunta; pues, hoy en día, tan solo un 3% de las denuncias por violencia machistas son efectuadas por una persona diferente a la víctima.

Hay que luchar contra esa “masculinidad hegemónica” y comprender que estar con alguien no significa estar encima de alguien o sobre alguien. Pero, sobre todo, debemos aprender que “el que agrede a una mujer no sólo la agrede a ella, agrede a todas las mujeres”.

Aprender a ser más humanos

El confinamiento se presentó para la unidad de Navarrete como una oportunidad para acercarse al tejido social. En cierto modo, se convirtieron en “el apoyo psicológico de la ciudadanía”, y optaron por repartir diplomas entre los menores o tramitar donaciones entre personas, o hacia los hospitales. “Yo creo que hemos hecho una labor humanitaria muy importante cuando todo el mundo estaba en sus casas cumpliendo”, admite orgullosa.

«Espero que la ciudadanía hayamos aprendido por lo menos que al final todos y todas dependemos los unos de los otros”

“Espero que la ciudadanía hayamos aprendido por lo menos que al final todos y todas dependemos los unos de los otros”, destaca como uno de las lecciones más importantes que ha traído consigo la pandemia. Una lección que recuerda a una de las frases de la célebre Mafalda, luchadora incansable por una humanidad mejor y cuyo creador, Quino, nos dejó el pasado 30 de septiembre: «¿Pensaron alguna vez que si no fuera por todos nadie sería nada?«.

Estefanía Navarrete reconoce la inestimable labor y la necesidad de destinar “muchísimo dinero a los héroes” del ámbito de la salud y la educación. Desde su experiencia personal, ensalza una mayor humanización del trabajo. Ella misma admite haber traspasado el ámbito puramente profesional con sus compañeros y haberse “vivido como personas”.

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