Amref Salud África lucha contra la mutilación en Etiopía, uno de los lugares con mayor incidencia en el mundo. A pesar de que el país se encuentra inmerso en un conflicto armado, el proyecto sigue en marcha.
En el Día Internacional de Tolerancia Cero contra la Mutilación Genital Femenina, Amref Salud África hace un llamamiento para aumentar y acelerar la inversión contra la mutilación.
La mutilación genital femenina es causa y consecuencia de una gran desigualdad de género. Es una forma de violencia contra la mujer que supone una violación de los Derechos Humanos y ocasiona problemas de salud física y mental.
3 millones de niñas están en peligro de sufrir la mutilación genital femenina cada año y más de 200 millones de mujeres y niñas han sido objeto de la mutilación en todo el mundo (Fondo de Población de las Naciones Unidas).
La emergencia de COVID-19 ha tenido un gran impacto sobre la mutilación exponiendo más a mujeres, niñas y adolescentes debido a la dificultad de tener acceso a las redes de protección de la mujer y la infancia y al impacto económico de la pandemia. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas si los esfuerzos globales no aumentan significativamente, más niñas en el 2030 estarán en riesgo de las que lo están en la actualidad. Es vital aumentar y acelerar la inversión contra la mutilación.
La lucha contra la mutilación genital femenina en Etiopía
En Etiopía, el 98% de las mujeres denunciaron haber sufrido mutilación genital femenina. Para contribuir a la erradicación de esta práctica, Amref Salud África ha puesto en marcha el proyecto “Poner fin a la mutilación genital femenina en Afar” con la financiación de la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) en la Región de Afar, Etiopía.
El objetivo del proyecto es proteger a 9.878 niñas menores de 5 años. A pesar de que el país se encuentra inmerso en un conflicto armado, el proyecto permanece abierto.
Amref Salud África trabaja con organizaciones de la sociedad civil como la Liga de Mujeres Contra la Mutilación, grupos de vigilancia comunitaria, el consejo de ancianos, clubes escolares de salud o líderes religiosos para cambiar los comportamientos de las comunidades, lograr el rechazo de la práctica y actuar como red de alerta y protección identificando posibles víctimas. También con las instituciones locales como la policía, entidades jurídicas y centros de salud para fortalecer las unidades de asesoramiento y el apoyo psicosocial a las niñas y adolescentes en riesgo de sufrir mutilación o que ya la hayan sufrido.
Paralelamente, la organización también trabaja con autoridades políticas locales, regionales y nacionales. Y presiona para que las autoridades políticas y fuerzas de seguridad, rindan cuentas en el cumplimiento de sus obligaciones de protección y aplicación de la ley.
Los logros y la voz de quienes protagonizan el cambio
Hawa Ali, residente en Doho de la región Awash Fentale, víctima de mutilación y madre de 4 niñas y 2 niños:“Desde el principio pensé que debería ser mi principal responsabilidad proteger a mis hijas de los daños, dolores y sufrimientos por los que he pasado. Por eso decidí convertirme en un modelo a seguir y evité que mis hijas fueran mutiladas. Las mujeres hemos sufrido mucho durante el parto y las relaciones sexuales. Después de haber experimentado todo esto, decidí impedir con determinación que mis hijas o cualquiera de las niñas de nuestra zona fuesen sometidas a esta práctica.”
Fatuma Aytele, residente de la región de Amibara, Afar, nos cuenta su traumática experiencia como superviviente de la mutilación.
“Me tumbaron y me mutilaron los genitales… Mi hermana se recuperó rápidamente, pero yo no. Estuve enferma durante meses. Incluso tuve que pedir ventilación por boca debido al dolor despiadado. Estuve una semana sin orinar… Después de una semana conseguí orinar gracias a la ventilación manual… Mis padres estaban aterrorizados pero les daba miedo llevarme a un hospital. Estaba muy enferma y me quedé en casa postrada en cama durante tres meses.”
La práctica es muy dolorosa, se realiza sin personal sanitario cualificado, ni las condiciones higiénicas necesarias. Las niñas padecen un fuerte dolor, no hay anestesia y a corto plazo se exponen a hemorragias importantes. Fatuma no recibió tratamiento médico o psicológico después de sufrir la mutilación, hoy se cuenta con estos servicios en la zona gracias al proyecto. Fatuma forma parte de una red de activistas que visitan los hogares sensibilizando a las familias e informando a las autoridades sobre posibles víctimas.
Aba Kiya Taddesse, residente de la región Awash Fentale y Oficial de Salud del Centro de Salud nos explica la verdadera razón de la práctica de la mutilación:
“Según la percepción de las comunidades, la mujer no mutilada es como un hombre.… La razón principal para mutilar los órganos femeninos es la de reducir el deseo sexual de las mujeres. No hay otra intención tras la mutilación más allá de esta.”
Por eso Amref Salud África trabaja para lograr los cambios culturales que acaben con la mutilación y es vital contar con el apoyo de actores clave como los líderes religiosos.
Usman Mohammed, líder religioso en Afar nos cuenta cómo él, junto al resto de sus compañeros líderes, están intentando convencer a sus comunidades para acabar con la mutilación. Desgraciadamente, Usman no pudo impedir la muerte de su hija a causa de la mutilación, entonces no era consciente de los numerosos daños que perpetúa la ablación:
“En su octavo día después del nacimiento, mi hija fue mutilada. Se puso enferma y murió. Desde entonces, he estado pensando en hacer algo para acabar con esta práctica.”
Tras haber asistido a nuestras sesiones de sensibilización, Usman afirma: “Ahora sabemos que la mutilación es perjudicial. Nos han dado una buena formación y hemos acordado detener la práctica. Cuando llegué a casa después de asistir a una de las charlas mi hija dio a luz a una niña. Yo les prohibí que cortasen a la recién nacida. Como la mutilación es perjudicial, los líderes religiosos de nuestra Sharia hemos acordado ponerle fin.”
Gracias a la movilización social, campañas de sensibilización comunitarias y sesiones de diálogos grupales organizadas por Amref Salud África, los líderes religiosos han pasado a ser defensores de los derechos de las niñas.
Contra la mutilación genital femenina #NiñasSinMiedo
En Amref llevan más de 10 años luchando contra la mutilación genital femenina en el continente africano. En Kenia la organización cuenta con un centro llamado “A Nice Place”, un refugio y centro de formación para niñas y adolescentes rechazadas por sus familias por negarse a la mutilación. Además, la organización cuenta con una de las activistas más influyentes del mundo contra la mutilación genital femenina, Nice Nailantei Leng’ete y ha logrado que 5 comunidades de Kenia rechacen la práctica: Masais, Samburu, Borana, Rendille y Gabra.
Con motivo del 6 de febrero “Día Internacional de Tolerancia Cero Contra la Mutilación Genital Femenina” Amref Salud África lanza una campaña para sensibilizar sobre la mutilación y elevar las voces de todas las niñas y mujeres que han sufrido o están en peligro de sufrir la mutilación. La organización busca conseguir firmas que permitan impulsar políticas y aumentar la financiación de los programas contra la mutilación en foros internacionales.
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