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MICRO | Guillermo Giner (Músicos por la Salud)

Si algo nos ha enseñado la pandemia del Covid-19 y sus consecuentes medidas de confinamiento y aislamiento social es, precisamente, la importancia de esa cercanía humana que, de repente y sin previo aviso, nos fue arrebatada. No obstante, muchos enfermos, personas mayores, personas sin hogar… viven, de forma habitual, este aislamiento, esta ruptura con lo que se suele considerar una “vida normal”. Una situación que Guillermo Giner vivió de cerca, cuando tuvo que vivir durante un año pegado, prácticamente, a la cama del hospital en el que se encontraba su madre, la cual finalmente falleció. Fruto de ello, y de contactos con otras personas, surgió, hace más de cinco años la Fundación Músicos por la Salud. Una entidad que, como tantas otras, durante el estado de alarma se reinventó para seguir llevando la música y, sobre todo, los músicos, esa cercanía, ese calor humano, a los hospitales, residencias de mayores y a tantos otros lugares en los que iniciativas como esta son tan necesarias.

Por: Gerard S. Ferrando | Fotografías: Alberto Pla

 

 

“Lo que hacemos con la música es acompañar a las personas que lo pasan mal ofreciéndoles no solo apoyo, sino calor humano”

Guillermo Giner nos cuenta en este MICRO tan especial y tan sonoro cómo la música puede insuflar energía a aquellos que parecen no tenerla. Nos relata cómo diferentes músicos se han puesto en contacto con ellos para dedicarles una canción y palabras de ánimo a los sanitarios, y cómo con ellos difunden, cada jueves, los microconciertos titulados “La canción más importante”: Entre ellos han actuado ya músicos tan relevantes como David Summers, Coti, Álex Ubago o Rozalén, quien por cierto compuso una canción dedicada al confinamiento de la que nos habló en una entrevista concedida a nuestra agencia.

“Nos dedicamos a llevar la música a los espacios donde las personas están viviendo momentos que no les apetecería vivir que son hospitales o centros sociosanitarios y en esos momentos de vulnerabilidad, acompañarles a través de la música y de sus canciones favoritas”. Esta presentación de Guillermo Giner resume a la perfección lo que vienen haciendo desde hace más de cinco años en los que han ido aprendiendo y evolucionando.

“Inicialmente llevábamos a músicos muy buenos que llegaban al espacio o el servicio en el hospital o centro sociosanitario, se sentaban y empezaban a hacer un concierto, como hacen habitualmente. Funcionaba muy bien porque la gente, ese acompañamiento lo agradece mucho. Sin embargo, con el paso del tiempo hemos visto que lo que verdaderamente es transformador es que las personas, más allá de recibir esas canciones, participen en ellas”.

Guillermo Giner durante la entrevista en nuestra Agencia. Fotografía: Alberto Pla

Para que esto sea posible ponen carteles en los hospitales o centros sociosanitarios, incluso en las salas infantiles, para que los pacientes, familiares, acompañantes o personal del hospital indiquen sus canciones favoritas. Luego, acuden a esos lugares, con las letras impresas y hasta con algunos instrumentos extra de percusión… e interpretan allí las canciones, animando siempre a la participación porque, como añade Giner: “Nuestro objetivo es que participen todos cantando. Si no lo hacen, no lo hemos hecho bien”. Pero sí que suelen hacerlo porque, como él mismo asevera: “Los jefes de servicio de los hospitales o los responsables de los centros sociosanitarios nos dicen, os vais y no solo el rato que estáis sino durante toda la mañana ya se respira un ambiente diferente. Hay bailes, alegría, se recuerdan las canciones, todo fluye de una manera más, cohesionáis el entorno”.

“Si no es a la primera canción, a la segunda, algo sucede, bajan las barreras y se produce un agradecimiento”

“Hemos descubierto que a priori, cuando mayor vulnerabilidad o en una situación más desasosegada está la persona mejor funciona”, asevera. Él recuerda que la primera vez que fueron a un centro para personas sin hogar no sabían cómo iba a ser la reacción, pero “acabamos bailando la tarara con ellos y desde el centro nos felicitaron y nos dijeron, esta persona viene aquí se ducha, le damos la merienda y se va, pero nunca ha participado en nada, pero hacer esa actividad grupal en la que el personal sociosanitarios, los beneficiarios y músicos se hermanan, se igualan, todos hacen lo mismo, hace que surjan cosas interesantes”.

Él reconoce que se genera “una especie de comunión en la que la persona que está desvalida dice, guau, aquí hay una persona que está entregando su tiempo, que es su bien más valioso, para que yo esté mejor, si no es a la primera canción, a la segunda, algo sucede, bajan las barreras y se produce un agradecimiento”.

Una forma holística de concebir la salud

Como recuerda Guillermo Giner, la Organización Mundial de la Salud, “ya desde hace varios años habla sobre la atención holística, no el enfermo sino a la enfermedad, y el tratamiento de una manera integral en lo que es estilo de vida, alimentación, factor social y relación con los demás. Ahora mismo el sistema sanitario se debería centrar en tratar al enfermo y no la enfermedad y tratar con una concepción integral”. Y cita el informe Arts and Healt, publicado por la OMS a finales de 2019 en el que resolvía que “es beneficioso el empleo de las artes y especialmente de la música en el entorno sanitario para atención sanitaria. Impele a los gobiernos que apliquen las artes, y especialmente la música, en el ámbito sanitario”.

«Solo el 8,5% de los músicos vive de ella y el 55% de los músicos profesionales de España proceden de la Comunidad Valenciana»

Desde Músicos por la Salud tratan también de ofrecer salidas laborales dignas a los músicos, una de las cuales podría ser que formaran parte de programas duraderos y con financiación en hospitales y centros sociosanitarios. Giner afirma que, “los canales no oficiales indican que solo el 8,5% de los músicos puede vivir de la música”. Añade que en España, prácticamente, solo se contemplan como salidas el ser músico profesional o ser profesor de música. Y lanza otra reflexión: “El 55% de los músicos profesionales de España proceden de la Comunidad Valenciana, con lo cual podemos decir que somos el vivero musical tanto de España como de Europa.

Guillermo Giner nos contó como Músicos por la Salud se reinventó durant la pandemia. Fotografía: Alberto Pla

Reconversión de Músicos por la Salud durante la pandemia

Como decíamos al principio, la Fundación Músicos por la Salud se ha reinventado durante esta pandemia y lo ha hecho de varias maneras. Por un lado, readaptaron los conciertos en hospitales y centros de mayores para convertirlos en algo online. Así, en los centros de mayores reunían a los residentes en una sala y su músico habitual, al que casi todos ellos conocen ya por su nombre de pila, les ofrecía el concierto de forma online.

En los hospitales, se seguían enviando los carteles de encarga tu canción, se preparaban las canciones y luego se las mandaban a los pacientes de forma personalizada: “Esto fue una reinvención que ha hecho que hayamos tenido una actividad muy potente. Tenemos dos canales de youtube, con todos estos microconciertos guardados. Ha servido para difundirlo al resto de centros y más allá de la actividad presencial que solo la puede ver el centro donde la haces, con el Covid-19 ahora estamos en un mayor número de centros aunque sea online”, explica Giner.

Por último, crearon, a petición de los propios músicos, la sección “la canción más importante”, que, como hemos indicado, tiene lugar cada jueves. “Cada jueves, como hacen los españoles desde sus balcones, agradecemos al personal sanitario lo que está haciendo durante esta pandemia. Así, músicos conocidos les regalan una una canción y transmiten unas palabras de apoyo al personal sanitario”. De momento, han participado ya más de 30 músicos que, “al igual que nuestros voluntarios han entregado su bien más preciado, que es su tiempo, para transmitir un mensaje de apoyo al personal sanitario, que lo agradecen un montón, que sus músicos favoritos les estén dando las gracias pues, sinceramente les llega mucho”.

Como destaca el propio Giner, es algo que también aporta mucho a los propios músicos, tanto a los que participan en los microconciertos habituales como en estos especiales por el Covid-19: “Un músico al igual que un médico y otras profesiones, que son de devoción, no son músicos de ocho a dos, sino 24 horas al día, poder con su arte, con su pasión, ayudar a las personas que lo están pasando mal, es a lo que todo el mundo aspira, no solo a llenar conciertos, vender miles de discos y que le conozcan en todo el mundo, sino a ayudar con su pasión”.

“Es poner los corazones de las personas al servicio de los demás y en el caso de los músicos a través de su arte y de su pasión”

Finalmente, Guillermo Giner nos habla de los aprendizajes durante esta pandemia. Él recalca que han podido llegar a muchos más centros, incluso en otros países y han podido así, acompañar a más personas, aunque sea de una forma virtual o online.

Él matiza que “lo que hacemos con la música es acompañar a las personas que están pasándolo mal ofreciéndoles no solo con un apoyo, sino con calor humano, porque lo que funciona es, ‘yo estoy fastidiado, no quiero estar aquí, pero aquí viene alguien que no se lo que me hace, pero el tiempo que está yo me olvido que estoy en esta situación’. Eso es maravilloso y desde luego no es un servicio, es poner los corazones de las personas al servicio de los demás y en el caso de los músicos a través de su arte y de su pasión”.

“Nosotros sin querer, queriendo, no preguntamos, no nos acercamos, pero al final, estás en una sala que todo el mundo está cantando y encargando canciones, el que no quiere participar, a los cinco minutos está cantando, participando y pidiendo canciones, funciona porque en nuestro caso la intervención social en la gente es la persona, el músico, y la música es el vehículo en el que todo el mundo viajamos con comodidad y más cuando nuestra aspiración es meterlos en un vehículo y sacarlos del sitio donde están, qué mejor vehículo que la música y que el conductor sea el músico que es quien directamente dirige hacia dónde vamos”.

Guillermo Giner reclama que la música se incluya en los planes de salud. Fotografía: Alberto Pla

El caso de Rocío: De estar en coma a moverse con la música

Desde Músicos por la Salud, en estos más de cinco años de actividad han recabado todo tipo de anécdotas y momentos especiales, pero Guillermo Giner nos recuerda, especialmente, el caso de Rocío, una chica de 28 años que llevaba tres semanas en coma por una hipoxia, que le produjo una parada cardíaca. Él recuerda que, una vez acabo uno de sus microconciertos, una intensivista les solicitó que entraran a su habitación porque pensaba que la música le podía servir de estímulo: “Hablamos con el marido que estaba fuera, para que nos chivara cuál era su canción favorita. Iba un violín y un instrumento de viento, como pudieron, le interpretaron el tema que sabíamos que le gustaba y en el minuto 4 empezó a moverse. Imaginaros qué impacto. La subieron a los días a planta, a neurología y a la semana o algo así la trasladaron al hospital de referencia en larga estancia y cuidados paliativos”.

Él recuerda, emocionado, como a partir de ahí cada vez que iban al hospital donde estaba Rocío subían a su habitación para ver su evolución y apoyarla con la música: “Subíamos a ver a nuestra Rocío, porque al final se desarrolló una empatía, un reconocimiento y agradecimiento, estuvimos once meses hasta que le dieron el alta. Hacíamos nuestra visita al hospital y luego subíamos a verla a ella un poco. Al final, el vínculo que se genera es como si fuera alguien de casa, de la familia”.

Ellos vivieron, por tanto, su lenta pero progresiva recuperación y, junto a sus canciones favoritas, logró, poco a poco, salir de su situación y abandonar el hospital. Eso sí, con la música bajo el brazo y con ese acompañamiento tan especial que recibió de manos de Músicos por la Salud.

Ahora, que los microconciertos empiezan a retomarse tanto en hospitales como en centros socio sanitarios como son las residencias de mayores, Giner reconoce que ellos y también los músicos están con cierto miedo pues saben que habrá personas, con las que trataban habitualmente y a quienes ya conocían bien y tenían gran estima, que, sencillamente, ya no estarán ahí. Por ellos y ellas irán, especialmente sus notas, acordes y letras.

 

 

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