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Día Internacional de la infancia: tres pequeñas grandes historias

Por María Palau | Fotografías por Alberto Pla

En la vida, podremos escuchar tantas historias como niños conozcamos. Es imposible encontrar un por qué, pero nos contagiarán su alegría, su ilusión, sus ganas de soñar. Y nos contarán una historia, su historia. Un cuento que no siempre tendrá un final feliz.

Hoy, 20 de noviembre, Día Internacional de la infancia, desde la Agencia Alberto Pla-Proyectos de Comunicación Social queremos compartir algunas historias de niños y niñas que hemos tenido la suerte de cruzarnos en nuestro camino. Queremos compartir con vosotros su alegría, su ilusión y sus ganas de soñar.

Pero, antes de hablaros de Kimberly, de Atu o de Genet y que conozcáis las historias que hemos ido relatando audiovisualmente durante estos años, queremos daros un dato. Sólo uno. Prometemos que no habrá más. Allá va: En el mundo más de 124 millones de personas menores de edad no reciben una educación continuada y de calidad. Bueno, os daremos otro: 58 millones de niñas y niños de entre 6 y 11 años están sin escolarizar.

Para que todas las Kimberly, Atu o Genet del mundo puedan contar sus historias, o incluso llegar a escribirlas algún día, es necesario que se cumpla su derecho, como se cumplió el nuestro, de recibir una educación básica. Para formarse, para crecer, para aprender, y sí, para narrarnos su cuento de la forma en la que ellos decidan.

Kimberly ayuda a una niña a realizar unos dibujos en la Escuelita Feliz del vertedero de Cobán, en Alta Verapaz, Guatemala. Fotografía: Alberto Pla
Kimberly ayuda a una niña a realizar unos dibujos en la Escuelita Feliz del vertedero de Cobán, en Alta Verapaz, Guatemala. Fotografía: Alberto Pla

Kimberly. 142 pulsaciones

Kimberly creció en un vertedero de Guatemala. Gracias a su esfuerzo y determinación y a que la Asociación CONI se cruzó en su camino, consiguió estudiar el Ciclo Básico (el equivalente a la Educación Secundaria en España) y cursó estudios de magisterio y posteriormente de enfermería.

La historia de Kimberly, escribíamos en nuestra página web la primera vez que os hablamos de ella, es un ejemplo para otros estudiantes de su país, donde solo el 3% de alumnos culminan la educación secundaria. Una muestra de cómo, a través de la educación, pueden cumplir cualquier cosa que se propongan.

En el documental 142 Pulsaciones compartíamos el triunfo de una niña, pero, en palabras del presidente de la Asociación CONI, Alejandro Sebastián, denunciábamos el derecho vulnerado de la infancia en Guatemala a la educación.

“Kimberly tiene de especial que representa perfectamente a todas esas familias, y a todos esos niños y niñas guatemaltecas que están esperando una oportunidad y que la pelean, se esfuerzan y la aprovechan”, añadía.

Atu. El rostro de un pueblo olvidado

En 2019, contamos la historia de Atu, una niña saharaui de 12 años que viajaba a València cada verano en el marco del proyecto ‘Vacaciones en Paz’ de la ONGD MOSSolidaria. Su fundadora, Mari Olcina, se transformaba durante unos meses en la madre de acogida de Atu.

Nosotros quisimos contar la vida de Atu, y una parte de la de Mari, en la película documental Atu. El rostro de un pueblo olvidado. Pero nuestro objetivo también era reflejar la vida de todos esos saharauis que llevan desde 1976 sobreviviendo en campo de refugiados en el desierto, en la frontera entre Argelia, Marruecos, Sahara Occidental y Mauritania; narrar la forma de sobrevivir y de resistir del pueblo saharaui en el exilio.

Atu observa el atardecer en el Sáhara argelino dentro del campamento de Smara. Fotografía: Alberto Pla
Atu observa el atardecer en el Sáhara argelino dentro del campamento de Smara. Fotografía: Alberto Pla

Estamos seguros que, como nos pasó a todo el equipo durante el rodaje, vosotros también os daréis cuenta mientras veis el documental: los corazones de Mari y Atu están unidos por una misma causa, la del Sáhara libre. Ambas son conscientes de que su lucha no es nada sencilla, de que tienen muchas cosas en contra, empezando por la pasividad de la comunidad internacional, pero mantienen la esperanza de que un día el Sahara Occidental sea libre y que sus ciudadanos puedan tener un pasaporte y decidir sobre su propio destino y sobre el de su pueblo.

Un pequeño apunte, la cinta también ensalza el trabajo incansable de las mujeres en estos campamentos. Desde el silencio, se organizan para cuidar y educar a los niños y niñas, trabajan en las guarderías, escuelas, hospitales, alimentan a sus conciudadanos y llevan a cabo las tareas cotidianas.

Genet. Etiopía

El pasado 12 de marzo, apenas unos días antes de confinarnos en España, volvimos de rodar un documental en Etiopía junto con la ONGD MOSSolidaria y la Comunidad Misionera Juan Pablo Apóstol-MCSPA. Aún no podemos avanzaros mucha información sobre el proyecto en el que estamos trabajando con muchísima ilusión, aunque podemos adelantaros que ha sido un auténtico placer trabajar de nuevo junto a Mari Olcina.

Sin embargo, no podemos resistirnos a hablaros de Genet. De Genet y de su sonrisa. Detrás del blanco reluciente, se esconde una historia de lucha constante de una de las niñas del aula de especiales de la MCSPA.

Y no queremos olvidarnos tampoco de la sonrisa del director de hotel Best Western International, Iván Luna, cuya mano tendida posibilitó que Genet llevara a cabo sus prácticas profesionales de Turismo en este establecimiento. Como ella misma narraba, pudo cumplir así el sueño de una niña que, cuando era pequeña, no tenía sueños porque “lo único que alcanzaba a ver en su horizonte erra reproducir el mismo estilo de vida que tuvieron las generaciones que la precedieron”.

Genet —ya de mayor— sonríe durante la entrevista que le hicimos para relatar su historia del documental. Fotografía: Alberto Pla
Genet —ya de mayor— sonríe durante la entrevista que le hicimos para relatar su historia del documental. Fotografía: Alberto Pla

Otras iniciativas

No queremos perder la oportunidad de compartir con vosotros estas iniciativas que, sin ninguna duda, estarán plagadas de historias como la de Kimberly, Atu o Genet. Historias de niños y niñas llenos de alegría, ilusión y ganas de soñar.

ALBOAN

ALBOAN es una ONG centrada en el trabajo de “construcción de una ciudadanía global que denuncie las injusticias que provocan desigualdad en el mundo, construya una cultura que promueva el bien común y transforme las estructuras generadoras de pobreza a nivel local y global”.

Una de sus luchas principales se centra en conseguir una educación universal, libre y de calidad que, como defienden, “es necesaria para avanzar en la construcción de un mundo más justo e igualitario”. Con el objetivo de que la educación de calidad sea accesible al mayor número de niños y niñas en todo el mundo, desarrollan proyecto en países como R.D. Congo, Chad o Madagascar apoyando la gestión del Servicio Jesuita a Refugiados-Grandes Lagos dentro de los campos de personas desplazadas y la labor de Fe y Alegría en zonas rurales empobrecidas o en áreas urbanas marginales. Crean escuelas nuevas y facilitan material escolar; forman y contratan a profesorados, apoyan la creación de asociaciones de madres y padres involucradas en el sistema educativo y acompañan a adolescentes víctimas de violencia.

Unos niños saltan en la playa de Beira en Mozambique. Fotografía: Alberto Pla
Unos niños saltan en la playa de Beira en Mozambique. Fotografía: Alberto Pla

UNICEF

Sería imposible abarcar el trabajo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en unas líneas, ni siquiera en un único artículo, nos harían falta miles. Pero, no queremos perder la oportunidad de destacar algunas de sus incontables proyectos dedicados a los niños y niñas de todo el mundo.

En primer lugar, la estrategia que diseñaron desde el estallido de la pandemia para apoyar el aprendizaje remoto desde los domicilios en Uruguay. En este sentido, proporcionaron herramientas que permitieran a las familias afrontar la cuarentena y organizaron reuniones virtuales con técnicos y autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública para abordar los principales desafíos relacionados con el aprendizaje de los niños y adolescentes. El primer reto fue superado, el segundo -asegurar la continuidad de la educación para todos en el contexto del desconfinamiento- está en proceso de ser conseguido.

En Camboya, UNICEF también trabajó con el Ministerio de Educación, Juventud y Deporte para permitir que la reapertura de las escuelas contara con las condiciones de seguridad necesarias. Según explican en su página web, desde que abrieron las escuelas, han distribuido 6.195 desinfectantes de manos, 72.725 pastillas de jabón y 801 termómetros para 417 escuelas y 290.772 estudiantes de seis provincias.

En R.D. Congo impulsaron la iniciativa Masks made in DRC, a través de la que encargaron a organizaciones aliadas que fabricaran mascarillas reutilizables de protección a escala local. En agosto, ya se habían fabricado 950.455 mascarillas y distribuido 760.766 para las comunidades más desfavorecidas de las provincias más afectadas por la covid-19. Otras 423.000 mascarillas se destinaron a maestros de primaria y de secundaria.

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